La pócima definitiva para transformarse en una auténtica bruja
literaria
Ya se escuchan sus
malévolas carcajadas por las calles de Litland, escobas voladoras surcan el
cielo nocturno y misteriosos gatos negros maúllan a la luz de la luna. Eso es,
ya está aquí, ¡es tiempo de brujas! Mujeres maltratadas por la historia,
protagonistas de infinidad de cuentos y leyendas. En este, el país de la literatura,
las adoramos tanto que nos gustaría ser como ellas. Si a ti te gustan tanto
como a nosotros, coge tu pluma y un pedazo de pergamino y apunta los
ingredientes de esta pócima mágica, porque solo así podrás transformarte en una
auténtica bruja literaria.
Una espada legendaria
Imagen extraída de: Wikipedia
Si
quieres convertirte en una bruja de leyenda, añade a tu caldero una espada
legendaria (preferiblemente sacada de una roca), la corona del verdadero rey de
Camelot y, por qué no, un poco de ginebra, que le dará un buen sabor. Tres
vueltas a la derecha, otras tres a la izquierda y… ¡voilá! tendrás la habilidad de cambiar de forma cuando te plazca y
sabrás más de medicina que cualquier médico. Si ya quieres ser igualita que la
gran Morgan Le Fey, solo tendrás que buscar a Merlín y pedirle algunas clases
de refuerzo. O mejor, a la propia Morgan, que aparte de ser una poderosa
hechicera, se ha llegado a decir que es la reina de una isla misteriosa, un
hada, e ¡incluso una diosa!
Fuente
literaria: La muerte de Arturo, de
Sir Thomas Malory (entre otras versiones de la leyenda)
Un gato negro
Imagen extraída de: Vulture
Ser
adolescente es complicado, pero es más llevadero si puedes hacer magia,
¿verdad? Coge tu caldero y añade lo siguiente: un palo de escoba, un gato negro
y una mochila. Sí, una mochila. Remuévelo bien y haz una voltereta. Es posible
que te quedes en medio bruja (estamos trabajando para mejorar la poción) pero
será suficiente para hacer frente a dos tías pesadas y conquistar a un
chiquillo algo atolondrado. Si no, que se lo pregunten a Sabrina Spellman, ella
lo lleva perfectamente.
Fuente
literaria: cómics de Sabrina the Teenage Witch de George Gladir y Dan DeCarlo
(Archie Comics)
Un par de zapatos brillantes
Imagen extraída de: Wicked Wiki
Cinco
esmeraldas machacadas para lograr un reluciente tono verde en la piel. Un
mechón de pelo de un león cobarde y, por último, el ingrediente esencial: un
par de zapatos brillantes. Con eso y con cuatro saltos a la pata coja con el
pie derecho sobre un camino de baldosas amarillas te convertirás en Elphaba, la
“malvada” bruja del oeste. Puede que no seas la bruja más bella de Oz, pero sin
duda sí la más inteligente. Por otra parte, ¿quién no querría tener un libro
mágico súper poderoso y un ejército de monos voladores a su servicio?
Fuente
literaria: Wicked: Memorias de una bruja mala de Gregory Maguire
Un dragón de peluche
Imagen extraída de: El País
Si
eres una niña con ganas de convertirte en una súper bruja sólo deberás añadir a
la poción una pelusilla de debajo de la cama, zumo de limón y un dragón de
peluche. Automáticamente aparecerá bajo tu almohada el gran libro de la bruja
Elviruja, con el que podrás viajar en el tiempo y el espacio y vivirás miles de
aventuras tras dar “el salto de la bruja”. Tan solo una advertencia: si por
alguna casualidad tienes hermanos pequeños, es posible que fisgoneen mientras
haces el hechizo así que, si te descubren, no te quedará más remedio que… ¡llevártelos
contigo!
Fuente
literaria: serie de libros infantiles de Kika Superbruja de Knister
Una pluma de hipogrifo
Imagen extraída de: Bustle
Podrás
convertirte en la bruja o, quizás más apropiado, la maga más famosa de los
últimos tiempos añadiendo unos últimos ingredientes a tu lista: dos uñas de
gato, preferiblemente llamado Crosshanks
y cortadas con delicadeza, una pluma de hipogrifo y tres gotitas de cerveza de
mantequilla. Pronunciando correctamente las palabras mágicas (recuerda:
es leviooosa, no leviosaaaa) notarás un ligero cosquilleo en la lengua y, en pocos
instantes, ¡te sentirás tan valiente e inteligente como la propia Hermione
Granger! Lista para luchar contra troles, dementores o para aguantar a Ron en
época de exámenes.
Fuente
literaria: serie de libros de Harry Potter de J. K. Rowling