Héroes en la sombra
Cuenta la leyenda que existen unas criaturas
fantásticas que desde tiempos remotos actúan como héroes enmascarados,
protegiendo y acompañando a los humanos. Seres que, aunque tengan patas en
lugar de piernas, garras en lugar de pies, o el cuerpo cubierto de pelo o
escamas, son todo corazón y valentía.
Crecemos, lloramos, reímos y vivimos miles de
aventuras con ellos. Nos acompañan en las peores batallas del día a día y esperan
en silencio a que regresemos. Son nuestros mejores aliados y, aunque tan solo piden un poco de atención, nosotros, a veces, les olvidamos. En este post
queremos rendirles un pequeño homenaje recordando a algunos de los animales (no
humanos) más famosos de la literatura.
Bigotes y zarpas
Imagen de: Pixabay
Nuestra relación con los gatos comenzó hace
unos 10.000 años y desde el principio estos animales nos han hipnotizado con su
elegancia y misterio. Los gatos son, sin duda, de las criaturas más populares y
veneradas de la historia, especialmente en nuestro tiempo. Por ello, no es
difícil encontrarlos en nuestras historias favoritas.
Hay gatos que tienen mucho más que siete vidas,
algunos como Iglesia, de la saga Cazadores de Sombras, pueden vivir cientos de años. Iglesia hace su aparición estelar en los libros cuando menos te lo esperas, desde la Inglaterra del siglo XIX al Nueva York de la actualidad. Me pregunto
qué tal se llevará con Presidente Miau, el carismático gato del brujo Magnus
Bane, también personaje de la saga.
Crookshanks, gato de Hermione en Harry Potter | Imagen de: aminoapps
Es precisamente en el mundo de la brujería en
el que los gatos parecen sentirse más a gusto. Y es que, ¿quién no conoce a
Salem, el famosísimo gato de Sabrina, que se mete en tantos líos como su dueña?
O a Crookshanks, el gato de Hermione, del que descubrimos, según avanza la saga, que
podría ser un perfecto espía.
Compañeros de batalla
Imagen de: Pixabay
¿Qué sería un romance, una historia de fantasía
o una novela histórica sin un caballo? Ni Cenicienta llegaría al baile, ni el
caballero verde llegaría a la corte del rey Arturo, ni nada de nada. Estos
afables y nobles animales son, la mayoría de las veces, injustamente tratados
como meros vehículos, olvidando que a lo largo de la historia han sacrificado y aún hoy sacrifican su libertad por estar al servicio del ser humano.
Aunque muchos no tienen nombre, no hay caballo
literario más famoso, especialmente en España, que Rocinante, el compañero de
aventuras de Don Quijote de la Mancha. Otros caballos muy conocidos son
Babieca, del Cid Campeador o Pegaso, el caballo alado de Zeus. Personalmente,
los que recuerdo con más cariño son Lunaestrella, el corcel de Dana en Las Crónicas de la Torre de Laura
Gallego y a Artax, de La historia
interminable. ¡Cuántas veces habré llorado por él viendo la película!
Atreyu y Artax de La historia interminable |Imagen de: Cinemania
Se podría decir que los caballos son, de todos
los animales que aparecen en los libros, los verdaderos héroes en la sombra, ya
que acompañan a los protagonistas en sus más variopintas aventuras, les
conducen a lugares desconocidos, luchan e incluso mueren junto a ellos en la
batalla.
Hocicos peludos
Imagen de: Pixabay
Los humanos y los perros llevamos juntos unos
14.000 años, según estudios recientes y, desde entonces, no nos hemos
separado.
En la literatura, los perros aparecen
frecuentemente como guardianes del hogar o valientes compañeros de aventuras.
Ejemplos de ello son Pilot, perro guardián de Thornfield y compañero
inseparable del señor Rochester en Jane
Eyre; o Totó, que se atreve a viajar junto Dorothy desde Kansas hasta la
tierra de Oz.
Rochester y Pilot en la versión televisiva de Jane Eyre de 1983 | Imagen de: Pinterest
Algunos como Fang, el enorme y entrañable amigo
de Hagrid, parecen más cobardes, pero me atrevería a afirmar que este
grandullón se enfrentaría al peor de los dementores para salvar a su amo. Otros,
como Nana, la cuidadora de Wendy y de sus hermanos, son niñeras verdaderamente
responsables.
Si saltamos al mundo de las viñetas, es
imposible ignorar a personajes tan divertidos como Milú, el perro de Tintín, o
Ideafix, el mejor amigo de Obélix (con permiso de Astérix).
La frase “el perro es el mejor amigo del
hombre” puede ser un tópico, pero lo cierto es que es una verdad universal.
Para estos cariñosos animales, sus dueños son verdaderos héroes, hagan lo que
hagan, sean quienes sean. Te cuidan, te protegen, saben cuándo es el momento en
el que más necesitas cariño y nunca, nunca te abandonan. En mi opinión, queridos
litlanders, no hay perros malos, ni en la realidad ni en la ficción, solo malos
humanos.
Estos
han sido solo unos pocos ejemplos de los animales literarios más conocidos,
pero hay muchos otros perdidos entre las páginas de los libros. Todos ellos, sin duda, deseosos de les recordemos como personajes de una gran historia.